Período
clásico (500-350 a. C.)
Es el periodo de máximo esplendor de la cultura griega, con
una intensa actividad constructiva. Las obras expresan el gusto por la
proporción y la armonía, y quieren manifestar la plenitud y la belleza de la
vida, con un marcado carácter ideal.
El templo
Para los griegos, el templo era la morada de un dios. No era
un lugar de reunión para fieles como lo es actualmente una iglesia cristiana;
las ceremonias religiosas se celebraban al aire libre.
El templo griego suele levantarse sobre tres escalones; era
un edificio rectangular formado por una sala central, llamada naos o cella,
donde se colocaba la estatua de la divinidad, precedida de un vestíbulo o
pronaos y otro pórtico detrás de la naos, llamado opistódomo, una especie de
cámara del tesoro. Un tipo particular de templo era el tholos, de forma
circular, como el de Delfos.
La terminología habla de templos próstilos (con columnas en
la fachada principal), anfipróstilos (en la fachada anterior y en la posterior)
y perípteros (rodeado de columnas). Según el número de columnas en el frente:
tetrástilos, hexástilos, octástilos. La cubierta del templo era un tejado a dos
aguas, que en las fachadas delantera y posterior definía dos espacios
triangulares o frontones decorados habitualmente con esculturas que
representaban escenas guerreras o mitológicas.
Las
dimensiones de los distintos elementos que componían el templo se establecían a
partir de una unidad modular (el diámetro de las columnas, por ejemplo), y
todas las partes del edificio guardaban entre sí relaciones proporcionales.
Dichas relaciones, al igual que los elementos ornamentales, fueron
codificándose a lo largo del tiempo y dieron origen a tres modelos u órdenes:
el dórico, el jónico y el corintio.
El orden dórico es el más sobrio y austero. Los edificios
dóricos tienen muy pocos elementos ornamentales. El fuste de la columna está
recorrido longitudinalmente por unas veinte estrías. En la parte superior de la
columna, el capitel está formado por el equino, especie de almohadilla, el
ábaco, pieza cuadrangular sobre la que descansa la parte superior del edificio,
y el collarino. Encima del ábaco, el entablamento, formado por el arquitrabe
(siempre liso), el friso (con triglifos y metopas) y la cornisa. El más célebre
templo griego construido en órden dórico es el Partenón de la Acrópolis de
Atenas, consagrado a Atenea virgen, octástilo. También destacan El templo del
Tesoro de los atenienses en Delfos y El Templo de Poseidón en Paestum.
El orden jónico, originario de Asia Menor, es más esbelto y con más decoración. La columna arranca del estilóbato a través de una basa, y en el capitel el equino está adornado, y sobre él hay una almohadilla terminada en dos características volutas. Por otra parte, el arquitrabe tiene tres franjas horizontales. El ejemplo más representativo de este estilizado orden es el Erecteion (con su extraordinario pórtico de las cariátides, columnas con forma de mujer), levantado unos años después que el Partenón, alrededor del 420 a.C.
El orden corintio es una variación del jónico, sus
características se definen durante el periodo helenístico. Su rasgo principal
es el capitel adornado con hojas de
acanto. Dicho capitel se utiliza en el monumento conocido como Linterna de
Lisícrates.
ESCULTURA
La escultura rompe con la rigidez de la época arcaica y
ofrece representaciones mucho más naturalistas y dotadas de movimiento.
Destacan diversos autores:
Período clásico (V a. de C.)
Los artistas logran representar la belleza de los cuerpos,
la proporción de las formas, la agilidad de los movimientos, la expresión de
los sentimientos. No se conservan las obras originales sino las copias de época
romana.
Mirón
Cultivó la escultura en bronce. En el Discóbolo capta con
maestría el movimiento exacto en el que el atleta está a punto de lanzar el
disco. Está concentrado y con una cierta calma inexpresiva en el rostro. Se
evita la simetría presentando el costado derecho curvilíneo, liso y cerrado,
frente al izquierdo, que dibuja un zigzag discontinuo, angular y abierto.
Fidias
Es el máximo exponente del clasicismo griego: sus obras, de
un tamaño colosal, transmiten belleza tranquila y una actitud serena, con
expresiones y gestos majestuosos. Además, se caracteriza por la perfección técnica
y por el equilibrio entre naturalismo e idealismo. Dirigió la construcción del
Partenón, del cual, además, realizó la decoración, así como el friso de las
Panateneas, con la técnica de los paños mojados, y las figuras de los
frontones. Es autor también de las Ateneas (Promachos, Lemnia, Varvakión y
Parthenos), criselefantinas (mármol y marfil) o broncíneas y del Zeus de
Olimpia.
Policleto
Fija la proporción ideal, perfecta, del cuerpo humano: la cabeza
es la séptima parte del cuerpo; el rostro está dividido en tres partes iguales:
la frente, la nariz y la distancia de ésta hasta el mentón; del pie a la
rodilla hay la misma distancia que de la rodilla al centro del abdomen. La
belleza se convierte en medida y proporción. En el Doríforo (portador de la
lanza) introduce la técnica de la gravitación sobre una pierna: la pierna derecha
soporta el peso del cuerpo. La figura describe una suave curva en forma de «s»
invertida. También autor del Diadoúmenos (atleta que se ciñe la cinta del
vencedor).
Período
postclásico (IV a. de C.)
Praxíteles
Es el artista de la elegancia y la sensualidad. Esculpe en
mármol innumerables Afroditas, expresivas y voluptuosas. Representa
esculturas de rostros juveniles
iluminados por una leve sonrisa idealizada —como Hermes—, con cuerpos de formas
redondeadas, silueta fina y delicada, ligeramente curvada (la curva
praxiteliana). Suelen estar apoyados en un soporte. Suyos son Apolo Sauróctono,
Afrodita de Cnido, Hermes con Dioniso niño
Escopas
Como se puede apreciar en la escultura Ménade, introduce el
pathos (sentimiento), que se manifiesta en sus obras a través de la mirada y
los labios entreabiertos, expresión de emoción intensa, así como a través de la
torsión y la agitación del cuerpo, que acentúan el dolor y las pasiones. Es el
primer escultor del alma humana: capaz de traducir los sentimientos y las
angustias en mármol.
Lisipo
Fue retratista de Alejandro Magno. Aporta una nueva
concepción de los volúmenes y una gran maestría en la plasmación del vigor y el
movimiento. Alargó a 7 cabezas y media el tamaño de la altura total. Sólo se le
puede atribuir con certeza el Apoxiomenos, representación de un atleta con los
brazos hacia adelante, y el Hércules Farnesio.
Véanse, además, los siguientes videos:
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