jueves, 28 de mayo de 2015

Comedia griega




(Mientras estudias, a relaxin' piece of music...)




El autor de comedias mira con interés y distancia la sociedad, la critica y se burla de ella con las armas de la ironía y la parodia. Hace reír con sus bromas y chistes pero hace reflexionar sobre las tendencias desatinadas o los atropellos que sufre la mayoría. Todas las comedias griegas tienen una mezcla de utopía, de búsqueda de lo imposible,  y de nostalgia (añoran otro tiempo, perdido). La comedia prospera en un clima de permisividad y tolerancia política: es la libertad de expresión o parresía la que la hace posible.

 Sus temas son asuntos cotidianos, incidentes menores de la vida ordinaria y el protagonista suele ser un antihéroe: un salchichero, una verdulera, un viejo campesino, un parásito, un adulador…un ciudadano de agudo ingenio que concibe remedios pintorescos o revolucionarios para salvarse de la situación agobiante y, de paso, salvar a la ciudad. Abundan las procacidades, alusiones sexuales, los motivos obscenos, las críticas políticas, las caricaturas feroces de los personajes del momento y no faltan los juegos de palabras, la escatología, la creación de nuevos términos. El coro se enfrenta al héroe o lo acompaña en sus triunfos, suele aparecer disfrazado de aquello que da nombre a la comedia.

El poeta cómico por excelencia es Aristófanes. Es un representante de la llamada Comedia Antigua. Trata temas diversos: el pacifismo, el antimilitarismo, la lucha de sexos, la utopía, el feminismo, la crítica literaria...y las comedias más conocidas son:

Lisístrata: en plena guerra del Peloponeso, hartas de un conflicto que se prolonga indefinidamente, sin solución, las mujeres de ambos bandos plantean a sus maridos una huelga sexual hasta que se pongan de acuerdo y firmen la paz.

Las Aves: una comedia de evasión en la que dos atenienses fundan una nueva ciudad, bella y tranquila, que acaba haciéndose con el mando del universo.

Pluto: después de una guerra que ha dejado desolación y miseria, las desigualdades se han hecho insostenible; tras comprobar el mal reparto de la fortuna, Pluto, (la Riqueza, el Dinero), un anciano ciego y  Penía (Pobreza) se llevan a su terreno a las personas justas y a los malvados, respectivamente.

Las Nubes: los sofistas y Sócrates son los protagonistas, criticados por corromper a la juventud.

Las Ranas: una comedia sobre crítica literaria, trata de dirimir qué poeta dramático es mejor: Esquilo o Eurípides.

 

Tragedia griega


(En sustitución de los fastuosos apuntes que, sin duda, habríais ido tomando; omito, naturalmente, cuestiones relacionadas con el origen o elementos de la representación así como un detallado argumento de las obras citadas más abajo). Invito a ver los documentales -en inglés con subtítulos- sobre este tema.



(ERIK SATIE, MIENTRAS ESTUDIAS...)



ESQUILO

El primer gran autor de tragedias. Participó en la batalla de Maratón. Se conservan siete de las 90 que escribió. Aumentó el número de actores a dos. Solía presentar a concurso tres obras sobre un mismo argumento o personaje (trilogías). Conceptos esenciales de su teatro son la convicción de que la justicia divina de Zeus preside el orden del universo y que la soberbia humana (hybris) conduce a la obcecación y la ceguera, arrastra su castigo inexorable y puede alcanzar a sus herederos. Su teatro se caracteriza por la solemnidad, la apariencia espectacular (con figuras horribles, apariciones fantasmales…) y la grandilocuencia verbal; los personajes sufren los designios del destino y están estrechamente vinculados a las divinidades.

 Persas, sobre un suceso histórico, la batalla de Salamina.

Siete contra Tebas relata la lucha por el trono de Eteocles y Polinices, los dos hijos varones de Edipo y Yocasta

Prometeo encadenado, historia del titán benefactor de la humanidad que ha de pagar por ello encadenado en el Cáucaso.

La Orestíada (única trilogía que se conserva): Agamenón, Coéforas, Euménides, sobre la culpa hereditaria de la casa de Atreo.

SÓFOCLES

Se le considera la cumbre de la perfección dramatúrgica. Expresa el esplendor de la época de Pericles. Se conservan siete de las 130 que escribió. Introdujo un tercer actor. Su teatro reflexiona sobre el destino y suele plantear la llamada ironía trágica: las personas que se hallan en la cima de su fama, en el apogeo de su poder, suelen precipitarse en la desgracia física o moral. Sus protagonistas tienen que enfrentarse al dolor y a la soledad.

Antígona plantea el conflicto entre los derechos individuales, la voluntad personal  y el Estado.

Edipo rey, sobre cómo ser coherente y empeñarse en descubrir la verdad causa desgracias.

Edipo en Colono, sobre las obligaciones filiales.

Filoctetes, sobre el abandono y  la soledad absoluta del protagonista.

Ayax, el dilema de su locura: vivir sin honor o morir honrosamente.

EURÍPIDES

Filósofo de la escena e innovador técnico. Se conservan 19 obras. Incomprendido en su tiempo, sus personajes se debaten entre  conflictos psicológicos, pasiones desmedidas y elementos irracionales. Refleja la época de una manera recargada, retórica. En sus obras aparece a menudo un dios que resuelve las complicaciones de la trama (deus ex machina). Suele tratar ideas y sentimientos novedosos: antibelicismo en Hécuba, Andrómaca o Troyanas; la religiosidad en Bacantes; conflictos amorosos  en Hipólito; figuras femeninas de pasión desbordante como Medea, furiosamente enamorada de Jasón y otras de amor inocente o sacrificado como Ifigenia o Alcestis; las relaciones familiares y personales (Electra, Orestes).

martes, 26 de mayo de 2015

Sintaxis. La oración simple.


APUNTES DE SINTAXIS

LA ORACIÓN SIMPLE

 

EL SUJETO

EL SUJETO

Forma:

No lleva preposición. Por ello, siempre es un SN, un pronombre o una expresión sustantivada.

¿Cómo reconocerlo?

El núcleo del Sujeto concuerda con el verbo en número y persona

Ejemplos:

"El niño juega con la pelota" > Los niños juegan con la pelota

Tanto el núcleo del sujeto (niño) como el núcleo del predicado (juega) concuerdan en número y persona (ambos están en 3ª persona del singular, y si cambiamos uno de los dos, ha de cambiar el otro).


LOS COMPLEMENTOS DEL VERBO

El Complemento Directo

LOS COMPLEMENTOS DEL VERBO

 

EL COMPLEMENTO DIRECTO
-Indica sobre quién recae la acción del verbo.

-Aparece con verbos Predicativos transitivos. Los verbos predicativos son todos excepto ser, estar y parecer, que son los llamados verbos copulativos.

Forma: SN, pronombres (lo, la, los, las, me, te, se, nos, os). Si se refiere a una persona puede ser un SP precedido de la preposición a.

¿Cómo reconocerlo?

-Se sustituye por lo, los, la, las. Si se refiere a una persona de género masculino se sustituye por le, les y por lo, los

-Pasa a ser sujeto si convertimos la oración a la voz pasiva

Ejemplos:

"María compró manzanas > María las compró > Las manzanas fueron compradas por María.

Consulté la guía telefónica > La consulté.

Quiero a mis padres > Los quiero.

La luna llena ilumina las torres. > La luna las ilumina > Las torres son iluminadas por la luna.

Manuel amaba a Manuela > Manuel la amaba > Manuela era amada por Manuel.

El Complemento Indirecto

EL COMPLEMENTO INDIRECTO

-Indica el destinatario de la acción verbal, es decir, la persona o cosa que recibe daño o

provecho de dicho proceso.

Forma:

-SP precedido de a

-Pronombre (le, les, me, te, se, nos, os).

 

¿Cómo reconocerlo?

-Se sustituye por le, les

-A veces aparece reduplicado en forma de SP y como pronombre.

Ejemplos:

Pedro regaló una rosa a María > Pedro le regaló una rosa.

A Juan le apetece un helado.

Envié unas flores a doña Manolita. > Le envié unas flores > Se las envié.

Me lo dijo ayer.

A Fermín le duele el dedo gordo.

Dímelo a mí también.

El Atributo

EL ATRIBUTO

Es un complemento que necesitan los verbos copulativos ser, estar y parecer.

Forma: SN o S. Adjetival

¿Cómo reconocerlo?

-El atributo concuerda en género y número con el núcleo del sujeto.

-Se sustituye por el pronombre lo.

IMPORTANTE.: si el verbo es copulativo es imposible que aparezca el CD.

Ejemplos:

Pedro está enfermo > Pedro lo está. (Pedro concuerda en género y número con el atributo,

enfermo. Ambos están en masculino singular)

Pedro es el alcalde > Pedro lo es.

El flautista es habilidoso > El flautista lo es. (El flautista concuerda en género y número con el atributo, habilidoso. Ambos están en masculino singular)

El Complemento Circunstancial

EL COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
El complemento circunstancial expresa el lugar, modo, tiempo u otras
circunstancias de la

acción verbal.

Forma: SP, SN o S. Adverbial.

Principales complementos circunstanciales:

De tiempo: Los hechos ocurrieron el pasado año. (SN)

De lugar: Los niños llegaron a Roma. (SP)

De modo: Entro rápidamente a la sala. (S. Adverbial)

De cantidad: Bebe mucho. (S. Adverbial)

De instrumento: Hizo el hoyo con un pico. (SP)

De causa: No vino por un problema de transporte. (SP)

De finalidad: Estudia arqueología para su disfrute personal. (SP)

De compañía: Trabajamos con su primo. (SP)

 

 

El Suplemento o Complemento de Régimen

EL SUPLEMENTO O COMPLEMENTO DE RÉGIMEN

El complemento de régimen o suplemento es un sintagma preposicional que necesariamente llevan algunos verbos para completar su significado.

Forma:

-Siempre es un SP; es decir, siempre lleva preposición.

¿Cómo reconocerlo?

Para reconocer los complementos de régimen o suplementos podemos conmutar el sustantivo que forma parte del complemento de régimen por los pronombres eso o ello, él, ella (singular); ellos, ellas si se refiere a personas:

El libro trata sobre medicina > El libro trata sobre eso.

Se acuerda de su amiga > Se acuerda de ella.

Algunos ejemplos de verbos que rigen Suplemento o Complemento de Régimen:

Pensar en... jugar a... prescindir de... hablar de... creer en... confiar en... carecer de... despedirse de...

Ejemplos:

Se despidió de su amiga.

Pedro habló de fútbol.

Braulio carece de sentido del humor.

No creo en los espíritus.

Confiaba en tu palabra.

El Complemento Agente

EL COMPLEMENTO AGENTE

-Expresa quién realiza la acción de un verbo en voz pasiva.

-Sólo aparece con verbos en voz pasiva.

Forma:

SP precedido de la preposición por.

¿Cómo reconocerlo?

Pasa a sujeto de la oración voz activa

Ejemplo 1:

Oración activa: El profesor explicó los textos descriptivos en clase.

Oración pasiva: Los textos descriptivos fueron explicados por el profesor en clase.

En la primera oración, con el verbo en voz activa, el sujeto realiza la acción del verbo. Al

transformar la oración en voz pasiva, el sujeto de la oración activa se convierte en

complemento agente.

Ejemplo 2:

Oración activa: El cuidador liberó al gorila. (El cuidador cumple la función de Sujeto en la voz activa)

Oración pasiva: El gorila fue liberado por el cuidador. (Por el cuidador cumple la función de

Agente en la oración pasiva)

 

El Complemento Predicativo

EL COMPLEMENTO PREDICATIVO

Aporta información sobre el Sujeto o el CD y también complementa al verbo.

Forma:

Es un adjetivo o un SN

¿Cómo reconocerlo?

El complemento predicativo debe concordar en género y número con el sintagma nominal al que complementa (Sujeto o CD):

Complementa al sujeto de una oración y concuerda con él: Juan fue nombrado embajador.

Complementa al CD de una oración y concuerda con él: El rey nombró embajador a Juan.

El complemento predicativo se diferencia del atributo en que este complementa siempre a un verbo copulativo (ser, estar, parecer) mientras que el complemento predicativo complementa a un verbo predicativo: La chica está intranquila (atributo); La chica duerme intranquila (complemento predicativo).

Ejemplos:

El niño duerme tranquilo. (Tranquilo se refiere al sujeto a través de dormir, un verbo no

copulativo, y concuerda con este en género y número)

El coche sigue estropeado.

Mi cuñado anda preocupado.

La nevera conserva fresco el pescado.

 

domingo, 24 de mayo de 2015

Infancia y educación


El padre podía reconocer al hijo como legítimo, y lo levantaba en brazos, o repudiarlo (el abandono era bastante frecuente), en cuyo caso le esperaba la muerte, la adopción o la esclavitud. En los primeros años era alumnus(del verbo alo, alimentar, nutrir, de donde es aquel al que se nutre, se hace crecer alimentándolo).  A los nueve días de nacer, en el dies lustricus o de purificación, se le imponían los tria nomina y se le colgaba alrededor del cuello la bulla, cajita o medalla redonda en la que se llevaban amuletos de metal o plantas con efectos apotropaicos,  para protegerle de los malos espíritus; a los siete años vestía la toga praetexta  (adornada con una franja púrpura): toga praetexta y bulla se abandonaban al llegar a la mayoría de edad y eran propias solo de muchachos nacidos libres. Los juegos de infancia más corrientes eran los carros de madera, las canicas, las peonzas (turbo), los aros (orbis), las muñecas (pupae), el cara o cruz (capita aut navis), el juego de las nueces (dejar de jugarlo era símbolo de haber dejado atrás la infancia), la pelota (pila), la emulación de los oficios o actitudes de los adultos…
 
Bulla de oro. Museo Arqueológico de Nápoles

El objetivo de la educación era transmitir el ideal de virtus, un concepto complejo en el que se hallaban involucradas varias acepciones: el compromiso con la comunidad y sus valores (a través de los ejemplos de heroísmo cívico, históricos o legendarios); el respeto a las tradiciones de los antepasados (mores maiorum), cuyas efigies estaban expuestas en el atrio de la casa; una dimensión religiosa, la preeminencia de los mandatos divinos sobre la propia vida o la de la patria.  La virtus tiene connotaciones de humanidad, honor, excelencia moral, valor, responsabilidad cívica, respeto en la esfera privada, social y divina; no en vano procede etimológicamente de vir, hombre.

De pequeños podían tener un maestro en casa (magister), que generalmente era un esclavo o liberto griego o bien ir a una escuela llevados por un esclavo (pædagogus) que después también les repasaba las lecciones en casa.
En la primera etapa educativa, el niño aprendía con un maestro (magister ludi, litterator y calculator) a leer, escribir y hacer cuentas. En las cuentas se empleaban piedrecillas (calculi) y también un ábaco. La disciplina era severa, pero los niños jugaban con letras de madera o marfil y con ellas aprendían a leer y a escribir. Por eso a esta escuela le llaman «juego» (ludus) y el maestro era magister ludi. La escuela se situaba en un pequeño cuarto (taberna, pergula), en una cabaña o en el jardín (según el tiempo y las posibilidades). El maestro tenía una silla (cathedra) o un taburete (sella). Los niños se sentaban en escaños (subsellia).
Los instrumentos de trabajo eran unas tablas enceradas (tabulæ, ceræ) en las que rascaban con punzones (stylus) que por un lado eran puntiagudos y por otro acababan en una espátula con la que se alisaba la cera y así quedaba lista para volver a escribir en ella. Las tablillas normalmente se ataban formando una especie de libreta (ocodex). La escritura de todo tipo de documentos se realizaba generalmente con tinta sobre papiro mediante una caña acabada en punta (calamus).

Estiletes o estilos romanos 

 Fresco pompeyano. Joven con stylus y tablillas enceradas.

La segunda etapa podía ser privada o pública. El profesor era el grammaticus que enseñaba a entender y comentar los textos literarios. Comentando los textos clásicos, los niños aprendían de todo: geografía, historia, física, astronomía, etc. Con el tiempo, la grammatica empezaría a ser también estudio sobre la lengua que hablaban. El grammaticus garantizaba una enseñanza bilingüe (Griego y Latín) y era una especie de guardián del lenguaje. Sin tareas para casa, los alumnos presentaban sus ejercicios y eran corregidos o felicitados in situ; Horacio habla de su grammaticus, Orbilius, adjetivándolo como plagosus, es decir, inclinado a la tunda, al que no le temblaba la mano a la hora de flagelar con el látigo al estudiante díscolo. A los 16 años finalizaba su cometido: los pudientes o prometedores se inscribían en las enseñanzas del rhetor.
La tercera  etapa preparaba en la elocuencia al futuro político o abogado  romano. El profesor era el rhetor (maestro de oratoria). Quintiliano, por ejemplo, escribió muchas notas pedagógicas de cómo formar al orador. Pero no solo se centraba en la forma más eficaz de hablar en público para persuadir al receptor; también se estudiaban  diversas materias como literatura, geometría, música o mitología, lo cual les  permitía  hacer acopio de recursos para afrontar futuros debates. Entre los ejercicios frecuentes estaba la realización de juicios  ficticios en los que unos alumnos acusaban y otros defendían (controversiae) o la exposición de las razones que habían impulsado a un personaje histórico o legendario a tomar una decisión (suasoriae).
Materiales de escritura
Papiro: soporte de escritura elaborado a partir de una planta acuática, muy común en el río Nilo, en Egipto, y en algunos lugares de la cuenca mediterránea. Para su utilización la planta de papiro se mantenía en remojo entre una y dos semanas; después se cortaba en finas tiras y se prensaban con un rodillo, para eliminar parte de la savia y otras sustancias líquidas; luego se disponían las láminas horizontal y verticalmente, y se volvía a prensar, para que la savia actuase como adhesivo; se terminaba frotando suavemente con una concha o una pieza de marfil.

La unidad de medida del papiro era la plagula (hoja). Se solían fabricar rollos de papiro de unas veinte plagulas que se pegaban entre sí, con un tamaño medio total de cinco metros.  El volumen se guardaba en un estuche de pergamino teñido a veces de rojo con el jugo del arándano (vaccinium). Un trozo de pergamino (titulus, index) se unía al rollo y llevaba escrito el título de la obra. El lector sujetaba el volumen con su mano derecha, y lo iba desenvolviendo con la izquierda; esta misma le servía para enrollar la parte del libro ya leído.

Para manejar mejor los rollos y facilitar su almacenamiento y preservación se les pegaba al final de la última hoja un cilindro de madera, hueso o marfil (gr. omphalos, lat. umbilicus) y alrededor de él se envolvía la tira. Se unían no más de 20 hojas para formar un rollo. La primera se llamaba en griego “Protókollos”. Generalmente se escribían de un solo lado.Se estima que en la Biblioteca de Alejandría  había entre 400.000 a 700.000 rollos (debe considerarse que un solo canto de la Ilíada o la Odisea ocuparía un rollo de papiro).

Los rollos de papiro se utilizaron de manera habitual hasta comienzos del siglo II, cuando el códice de papiro empezó a reemplazarlos. Más tarde, en el siglo IV, la popularidad del papiro empezó a disminuir y fue reemplazado por un material de escribir mucho más duradero: la vitela. Los griegos solían importar papiros de Biblos, una ciudad fenicia que dio nombre al libro griego.

El papiro era ligero de peso y se transportaba con facilidad pero tenía una desventaja importante como material de escritura: no era muy duradero. Se deterioraba en un ambiente húmedo y se volvía muy quebradizo cuando se almacenaba en un ambiente demasiado seco. Además, era difícil localizar un pasaje concreto y debía sujetarse con las dos manos para su lectura.
Pergamino es un material hecho a partir de la piel de res o de otros animales, especialmente tratado para poder escribir sobre él. Podía escribirse en ambas caras de la hoja y permitía las correcciones del escriba (lo que dio origen al palimpsesto, manuscrito que conserva restos de una escritura anterior, borrada expresamente para un nuevo uso). El pergamino destinado a la confección de libros y documentos se fabricaba con pieles de animales jóvenes (cordero, ternero o cabrito) porque los individuos adultos proporcionaban una membrana recia y basta que dificultaba el cosido de las piezas. De las tres partes que componen una piel, el pergamino se fabrica solo con la dermis, debiendo eliminar la epidermis y la hipodermis durante el proceso de manufactura. Para facilitar su separación, las pieles se sumergen en una solución de cal que permitirá efectuar el pelado y el descarnado. A continuación, se tensan en un caballete para su estiramiento y acabado, mientras con la ayuda de piedra pómez se frota la superficie resultante a fin de eliminar las últimas impurezas y pulir la superficie de escritura. El pergamino de mayor calidad era la vitela, fabricada con pieles de animales nonatos o recién nacidos que se reservaba para los códices más lujosos. El códice es semejante al libro actual: hojas cosidas, plegadas y protegidas por tapas duras.


Su nombre deriva de uno de sus principales centros de producción: el reino de Pérgamo, en la actual Turquía (que sobresalió como un gran centro artístico y literario; su biblioteca en tiempos del rey Átalo llegó a ser la más importante del mundo conocido después de la de Alejandría y el siguiente rey, Eumenes II Sóter,  fue el que mandó construir el gran altar de Zeus, obra máxima del arte helénico).

 

 
Tablilla de cera, formato del que evolucionó el códice.

 
 


Comida


 
Solemos imaginar a los romanos embarcados en comidas eternas y pantagruélicas, entregados a una gula sin freno, pero esa estampa corresponde tal vez a las escenas de algunas películas; más bien los alimentos que mencionan los autores romanos se encuentran en la línea de la dieta saludable, por necesidad, por economía y por productos que se cultivan en el Mediterráneo: pan, aceitunas, verduras, frutas, aceite, vino, frutos secos, gachas…y un poco de carne de vez en cuando. Los alimentos se almacenaban en grandes tinajas (dolia) y en ánforas.

Además de hierbas aromáticas, en la cocina romana- al menos en las clases acomodadas-no faltaba el garum, salsa que se utilizaba como condimento habitual, elaborada a base de pescado (boquerón, jurel, sardina, caballa) macerado con sal: se salaban las entrañas y se dejaban fermentar y secar al sol hasta formar una pasta homogénea y una más líquida que se exportaba en ánforas a todo el Mediterráneo. La salazón era el medio de conservación más importante; también el ahumado. El garum más apreciado de todo el Imperio  se fabricaba en factorías de  Hispania como las de Baelo Claudia, en Cádiz.

Hacían tres comidas al día: ientaculum, por la mañana; prandium, almuerzo frugal a mediodía; caena, por la tarde. Esta última, entre las clases altas, era un banquete al que seguía un ceremonial y constaba de tres platos: gustatio, entrantes habitualmente acompañados por mulsum, vino endulzado con miel; prima mensa, plato principal; secunda mensa, frutas y dulces. Luego se iniciaba la commissatio, larga sobremesa en la que se bebía vino en abundancia; se designaba un arbiter bibendi o rey del banquete, que decidía sobre la cantidad y el tipo de vino o el entretenimiento (música, poesía, conversación filosófica…). Los comensales comían estirados en el triclinium, estancia destinada a comedor en una domus romana en la que se encontraban los tres lechos o divanes utilizados en los banquetes (convivia). También hace referencia triclinium  a tres lechos dispuestos alrededor de una mesa baja, normalmente cuadrada, en tres de sus lados, en forma de U, dejando el cuarto despejado para que se acercaran los sirvientes  a  los comensales; estos, recostados sobre su lado izquierdo, disfrutaban de la comida, cogiendo los alimentos con los dedos y asistidos por esclavos. Célebres fueron las excentricidades culinarias en los festines de Nerón o Heliogábalo, emperador del exceso por antonomasia en este terreno, acostumbrado a mezclar oro, perlas o piedras preciosas entre las viandas.
 
 
 
En contraste con la opulencia de los ricos la gran mayoría de la población tenía costumbres más frugales, subsistía con los repartos gratuitos de cereales (annona) o practicaba la mendicidad.
En la actualidad, conservan su vigencia los diez libros sobre gastronomía de Apicio, De re coquinaria, conocedor y experimentador de la cocina romana, la tradicional y la más refinada o exótica  (lenguas de ruiseñor, pavos rellenos con tordos vivos, morros de nutria, pezones de cerda). En la novela picaresca de la que hemos hablado, El Satyricon, de Petronio,  sale un personaje, Trimalción, un nuevo rico que se jacta de su fortuna –tiene varios triclinia- y se complace en ofrecer banquetes suntuosos a sus invitados encadenando  platos  lujosos y sorprendentes.