La
poesía lírica y elegíaca
A) LA POESÍA LÍRICA:
I. CARACTERÍSTICAS:
▪ Etimológicamente es una “poesía para ser cantada al son de una lira”;
pero esto fue en Grecia, pues en Roma nunca fue cantada, ni tan siquiera
recitada.
a) Su carácter subjetivo (el poeta vierte sus experiencias,
el mundo interior). Se diferencia de la lírica moderna en que estaba
íntimamente vinculada a la realidad social y política, a la acción concreta del
individuo dentro de la sociedad.
b) El uso abundante del mito.
c) El empleo de una gran variedad de metros y estrofas
▪ Las composiciones suelen ser breves.
▪ La poesía lírica comienza en Roma mucho más
tarde que la épica o el teatro.
II. PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS:
En el 2º tercio
del s. I a.C. surge en Roma una corriente literaria que se inclina por una
poesía subjetiva, preciosista, refinada, con poemas breves y muy cuidados: son
los llamados por Cicerón “modernistas”, poetae
novi o neoteroi. Los argumentos
de sus composiciones no son las gestas heroicas
y los hechos trágicos, sino los pequeños detalles de la vida cotidiana;
frente a la gravitas o seriedad de la poesía épica o de la tragedia, estos
poetas vanguardistas prefieren una poesía de tipo lúdico (Catulo, por ejemplo,
llama a algunas composiciones suyas nugae
= tonterías); el poeta novus es un
poeta doctus, con muchos
conocimientos literarios y mitológicos, que es capaz de dar a sus versos una
forma elaborada y exquisita.
Entre los neotéricos el más conocido es Gayo Valerio Catulo, que escribió 116 poemas (Carmina) divididos en tres partes:
a) los poemas del 1 al 60 son piezas cortas, de métrica
y temática variadas (elogios a amigos, ataques a enemigos, incidentes de la
vida diaria, sátiras, críticas políticas, poemas a su amada y odiada Lesbia...)
son poemas propiamente líricos;
b) los poemas del 61 al 68: se trata de epitalamios
(=canciones de boda) y epilios
(poemas épicos breves de argumento mitológico): destaca el poema 63 que habla
de Atis, un joven que llevado por un furor religioso se corta los órganos
genitales, el 64 sobre las bodas de Tetis y Peleo, y el 66, una traducción del
poema de Calímaco La cabellera de
Berenice;
c) poemas del 69 al 116, que son epigramas con contenido
de tipo personal (ataques a enemigos, lamentos y reproches por su amor
perdido). Las composiciones más numerosas son las de tipo amoroso y erótico; su
lectura nos permite asistir a las diferentes fases por las que pasó su amor con
Lesbia (euforia apasionada, dificultades de su relación –con tensiones
emocionales y sentimientos ambiguos –, desamor y amarga ruptura). Catulo utiliza una
lengua con elementos cultos y populares, y abundantes diminutivos; introduce
además en la poesía latina nuevos ritmos, tomados de la lírica griega,
perfeccionados posteriormente por Horacio. A
partir del Renacimiento gozó de tremenda popularidad; en España se inspiran en
él escritores como Quevedo, Lope de Vega o Góngora.
Horacio
(65-8 a .C.):
sus obras líricas son:
Las Odas (Carmina), composiciones
de tema variado (reflexiones filosóficas, episodios mitológicos, dedicatorias a
amigos, motivos patrióticos-canta la grandeza de Roma y de Augusto-, episodios
autobiográficcos); la muerte es el hilo conductor de buena parte de sus
poesías, incluso el momento alegre del carpe
diem tiene su raíz en la estremecedora afirmación de que la muerte es la
última línea de las cosas, por lo que se debe vivir al máximo el momento.
Utiliza gran variedad de versos y estrofas.
Los Epodos (iambi), 17 composiciones realistas en las que el autor denuncia los
vicios de la sociedad contemporánea, tomando como modelo al griego Arquíloco,
aunque sus ataques no son tan fuertes y tampoco van dirigidos contra personas
individuales, sino contra tipos como el mal poeta, la hechicera, el usurero...
Están a medio camino entre la poesía satírica y la lírica.
De él son las
expresiones más clásicas de los tópicos literarios:
- Aurea mediocritas: el dorado término medio, el justo medio, precisamente ese en el que se encuentra la virtud; el vivir alejado de los excesos y las ambiciones.
- Aurea mediocritas: el dorado término medio, el justo medio, precisamente ese en el que se encuentra la virtud; el vivir alejado de los excesos y las ambiciones.
- Beatus ille:
elogio de la vida sencilla y retirada en el campo. El ideal de felicidad
está basado en la ausencia de pasiones -vanidad, avaricia, cargos...- y en
vivir de acuerdo con la propia conciencia, retirado.
- Carpe diem:
aprovecha el momento, vive el día de hoy, porque no sabemos lo que vamos a
vivir y si podremos disfrutar del día de mañana. Invita a vivir el presente.
- Dulce et decorum
est pro patria mori: es dulce y decoroso morir por la patria; habla del
patriotismo y de la necesidad de servir a la patria y de morir por ella.
- Graecia capta
ferum victorem cepit: Grecia capturada capturó a su fiero vencedor; los
romanos entraron en Grecia, pero lo griego (= la cultura griega) penetró en el
mundo romano invadiéndolo todo.
Horacio tuvo mucha influencia en Garcilaso de la Vega y
en Fray Luis de León.
Ovidio
(43 a .C.
– 18 d.C.): aunque dos de sus obras, Tristia y Pontica, son consideradas por algunos críticos como ejemplares
únicos de poesía lírica o dentro de la poesía elegíaca.
B) POESÍA ELEGÍACA:
I. CARACTERÍSTICAS:
Es un subgénero de la poesía lírica. Existe diferencia
entre la elegía griega y la romana. En Grecia tenía un carácter menos personal
y más objetivo que en Roma; la elegía griega es en su origen un canto de
lamentación fúnebre (élegos =
lamento), entonado con acompañamiento de flauta, que después dio cabida a temas
muy diversos, como exhortaciones al combate, normas de comportamiento político
o narraciones mitológicas de contenido amoroso. La elegía latina toma de la
griega su carácter doloroso y de lamento, así como el metro utilizado (el
dístico elegíaco, una estrofa formada por un hexámetro y un pentámetro).
No obstante, la originalidad de la elegía romana es
indudable; el propio Quintiliano era consciente de ello cuando afirmaba Elegia quoque Graecos provocamus (“con
la elegía también desafiamos a los griegos”). En efecto, a diferencia de la
griega, en la elegía romana predomina el carácter erótico y subjetivo; el
amante se convierte en esclavo de la amada, que se muestra cruel con él,
sometiéndolo a todo tipo de vejaciones; este tipo de poesía amorosa no existía
en Grecia, donde la mujer era la esclava del hombre. Los poetas elegíacos
latinos, en cambio, ensalzan a la amada, destacan su belleza, la consideran
divina, docta, elegante, poseedora de todos los encantos; la vida del enamorado
se convierte en una militia amoris,
una lucha contra todos los obstáculos por obtener el favor de la amada, que en
muchos casos no suele corresponder a los sentimientos del poeta y prefiere
echarse en los brazos de otro amante más rico; esta experiencia amorosa
desgraciada provoca dolor y sufrimiento en el poeta, abatimiento, lamento por
el amor perdido y nostálgico recuerdo de la felicidad pasada, tópicos
característicos del género elegíaco. No obstante, también encontramos en la
elegía romana esos otros temas presentes en la griega, como exhortaciones al
combate o narraciones mitológicas.
En el carácter subjetivo y personal coinciden la lírica
y la elegía romana, pero se diferencian en que la elegía utiliza exclusivamente
el dístico elegíaco.
II. PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS:
Tibulo
(59-19 a .C.):
es el poeta del amor y de la Arcadia (vida tranquila del campo), autor de 3 libros
de elegías dedicados a sus amadas Delia, Némesis y a la llamada puella innominata; es un poeta que
desconoce el reproche y se mueve entre el perdón a las infidelidades de sus
amantes y la esperanza de que vuelvan con él tras haberlo abandonado. Muchas de
sus elegías presentan el tópico característico del género, el paraclausithyron (lamento del amante
ante la puerta cerrada de la amada).
Propercio
(50/40-16/15 a.C.): compuso 4 libros de elegías; vive el amor con más pasión y
tormento que Tibulo: ardor, entusiasmo, desilusiones, infidelidades, deseos
insatisfechos, celos, lances amorosos recorren los tres primeros libros
dedicados a Cintia; tras la muerte de Cintia, Propercio abandonó la elegía de
tipo amoroso y compuso otras de marcado carácter patriótico, que se recogen en
el libro IV, aunque no pudo evitar recordar su antigua pasión por Cintia, a
quien dedicó dos melancólicas elegías guiado por la nostalgia del amor
definitivamente perdido.
Ovidio
(43 a .C.
– 18 d.C.): es un poeta con gran facilidad para escribir; su poesía es más
ligera que profunda: abundan en él los versos galantes y frívolos, pero también
compuso versos más serios en los que la fibra poética brilla a gran altura;
aunque para algunos comentaristas la profundización interior en la poesía del
destierro hace de las obras Tristia y Pontica ejemplares únicos de poesía lírica, otros prefieren
incluirlas dentro de la poesía elegíaca: en los 5 libros de los Tristia (Cosas tristes, Tristezas) Ovidio da rienda suelta a su tristeza,
cuenta su despedida de Roma, su triste exilio, las adversas condiciones
reinantes en Tomi (lugar de su exilio), y suplica a sus amigos para que
intercedan ante el emperador para que éste le levante el destierro; los Pontica (también conocidos como Epistulae ex Ponto -Cartas desde el Ponto-)
tienen el mismo tono que los Tristia:
son 4 libros en los que Ovidio dirige lisonjas al emperador, súplicas a su
esposa y recomendaciones a sus amigos, destinadas a conseguir su regreso a
Roma. Otras obras de Ovidio, como los 3 libros de Amores (dedicados a su
amada Corina), El arte de amar (Ars
amandi), Los remedios del amor (poesía erótica didáctica), los Fastos
(en los que se describen las fiestas del calendario romano y los ritos) o
las Heroidas
(cartas de heroínas mitológicas a los hombres que amaban, en las que Ovidio
describe las dudas, los temores, la cólera y el resentimiento por verse
abandonadas), también pertenecen al subgénero de la poesía elegíaca.
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