Arte paleolítico

También llamado parietal, el arte rupestre es el que se realiza sobre las paredes y los techos de las cuevas. 

Utiliza pigmentos extraídos de minerales como el manganeso o el ocre, con resinas y grasas como aglutinantes.

La pintura se aplica con la mano o con utensilios muy rudimentarios. Los animales eran los grandes protagonistas.

Las interpretaciones de estas pinturas del Paleolítico Superior varían; algunos opinan que son decorativas, ornamentales y responden a momentos de ocio pero la mayoría cree que obedecen  a una finalidad mágico-religiosa, de propiciación cinegética.

 Las pinturas de este período se caracterizan porque:

Normalmente aparecen en el interior de las cuevas, en lugares oscuros y retirados.

Predominan los bisontes pero también hay caballos, ciervos, jabalíes.

Los animales se representan de forma naturalista, buscando el parecido con la realidad.

Son polícromas.

Los restos más famosos se hallan en la cornisa cantábrica (Altamira, El Castillo, Puente Viesgo, Tito Bustillo) y en el sur de Francia (Lascaux).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el período Mesolítico y Neolítico:

Se hacían en abrigos al aire libre

Eran frecuentes las escenas de caza y de danza, con hombres y mujeres

Se pintaba de forma esquemática, reduciendo las figuras a los rasgos esenciales

Solían ser monocromas

Se encuentran en la zona este de la Península Ibérica (Cogull, Valltorta, Albarracín)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El arte mobiliar, pequeñas piezas de piedra, hueso o marfil, suele adoptar la forma de figurillas femeninas talladas con marcada esteatopigia y los atributos femeninos muy resaltados.

 

 

 

 

 

Venus de Willendorf

 

 

 

Venus de Laussel

 

 

Además, existen grabados sobre roca: incisiones o cortes practicados con instrumentos afilados de sílex o buriles. Los más famosos son unas plaquetas encontradas en la cueva de Parpalló, en Valencia.

 

 

 

 

 

 

Y, finalmente, también son consideradas arte mobiliar las figuras de animales talladas sobre hueso o marfil en objetos domésticos o de uso cotidiano como propulsores, bastones de mando, azagayas...