lunes, 11 de mayo de 2015

Dinastía Julio-Claudia


Tiberio

Hijo de Livia, la segunda esposa de Octavio Augusto, fue adoptado por éste, que siempre prefirió a su hermanastro, Druso. De notables aptitudes militares, destacó por su papel en las campañas germánicas, pero, a causa de su carácter arisco, su amargada misantropía - Plinio le calificó como "tristissimus hominum", el más triste de los hombres- y de su desgraciado segundo matrimonio (con Julia, hija de Augusto) acabó por enemistarse con Augusto y marchó a un exilio voluntario a Rodas.

Tras la muerte de Cayo y Lucio, los herederos al trono, nietos de Augusto, fue  nombrado sucesor, a condición de que adoptase a su sobrino Germánico.

Los historiadores romanos interpretaron su etapa como gobernante de forma ambivalente: por un lado se le reconocieron su capacidad administrativa y su habilidad de gobernante, pero por otro, su personalidad difícil y desconfiada, que le llevó a desencadenar persecuciones contra todos aquellos que podían enfrentarse a él, generó a su alrededor la imagen de un tirano cruel e inmisericorde, tal vez  inmerecida.

La muerte de Germánico, en extrañas circunstancias, la persecución de la que fueron objeto otros miembros de la familia imperial y los procesos de lesa majestad abiertos contra la élite senatorial, atrajeron sobre él una gran impopularidad, agravada por su decisión de abandonar Roma y gobernar desde su lugar de retiro en Capri.

La ausencia del emperador otorgó gran poder a Sejano, el prefecto del pretorio, que utilizó su posición para reprimir duramente a sus enemigos políticos (un auténtico régimen de terror, con delaciones, procesos y venganzas) e incluso asesinar a Druso, el hijo de Tiberio, para facilitar así su propio camino al trono. Desenmascarado, Sejano cayó en desgracia y fue ejecutado. Al morir, Tiberio dejó a su sucesor una institución imperial consolidada, con las arcas llenas y las provincias en paz.

Calígula

Su figura aparece bastante deformada por el retrato que hacen de él autores senatoriales como Suetonio y Tácito. Hijo de Agripina la Mayor y Germánico (el admirado, querido y llorado general que había recuperado las enseñas de las legiones de Varo y sofocado las sublevaciones del Rin), su ascensión al poder fue muy bien acogida por el pueblo. Parece ser que los primeros meses de su reinado fueron óptimos: respetó al Senado, devolvió a la Asamblea popular el derecho a elegir a los magistrados, decretó amplias amnistías para los que habían sido condenados en tiempos de Tiberio y organizó grandes espectáculos circenses. Sin embargo, las cosas cambiaron de manera dramática tras una grave enfermedad, cuando empezó a dar muestras de un carácter autoritario y de unos modos que lo acercaban más a las formas de gobierno de las monarquías orientales que a las apariencias republicanas del Imperio.

Eliminó rápidamente y sin proceso a su primo Tiberio Gemelo y al jefe de los pretorianos Macrón e impuso un protocolo monárquico en la corte en el que se impulsaba una divinización en vida del emperador. Intentó gobernar apoyándose en el pueblo y en directa oposición al Senado, reivindicando un pasado familiar que, a través de su abuela Antonia, lo vinculaba a Marco Antonio.

Las arcas del Imperio Romano se vaciaron rápidamente ante la necesidad de pagar a las tropas y las fiestas en la corte, circunstancia que le obligó a subir los impuestos y reanudar la política de eliminación física de senadores para apoderarse de sus posesiones. Una conspiración, organizada por su propia guardia, tuvo éxito y acabó con el emperador.

Claudio

Era sobrino de Tiberio, sobrino segundo de Augusto y tío de Calígula. Marcado por varias taras (era cojo, epiléptico y tartamudo), Claudio era tenido por un bobo en la corte romana, pues se había mantenido apartado de los asuntos públicos, concentrado en escribir estudios históricos sobre los etruscos y los cartagineses.

Cuando la guardia pretoriana destronó y asesinó a Calígula, coronó a Claudio, que con más de cincuenta años era el único superviviente de la dinastía, pensando quizá en poner al frente del Imperio a alguien manejable. Claudio se reveló entonces como un hombre inteligente y un emperador capaz: amante de las tradiciones romanas, restableció el modelo administrativo de Augusto, repudiando el absolutismo en favor de una mayor colaboración con el Senado.

Trató de volver a la pureza de la religión romana, restaurando cultos abandonados y combatiendo los que entendía como «supersticiones» extranjeras (para ello expulsó de la ciudad a los astrólogos y a los judíos). Para mayor eficacia puso los cargos políticos decisivos en manos de sus libertos (como Polibio o Narciso), sentando las bases de la burocracia imperial. Extendió la ciudadanía romana entre los provinciales.

En el terreno exterior, impulsó la conquista de Britania así como la anexión definitiva al Imperio de Mauritania (norte de Marruecos y Argelia). Una de las lacras del reinado de Claudio fue la influencia que sus mujeres ejercieron en los asuntos de gobierno. Su tercera mujer, Mesalina, le ridiculizó públicamente con su escandalosa promiscuidad, hasta que se decidió a ejecutarla.

Casado luego con su sobrina Agripina (que a la vez era biznieta de Augusto), ésta le convenció para que designara sucesor a Nerón (hijo de un matrimonio anterior de Agripina), en lugar de Británico (hijo de Mesalina y -supuestamente- del propio Claudio). Conseguido su objetivo, Agripina envenenó a su marido y vio acceder a su hijo al Trono imperial.

Nerón

Agripina, para fortalecer su posición, había casado a Nerón con una hija de Claudio, Octavia, y, finalmente, asesinó al emperador, dejando el camino libre para su hijo. Éste fue proclamado emperador con sólo 17 años por la guardia pretoriana, dirigida por el prefecto Burro.

El reinado de Nerón (54-68) se inició bajo la influencia de Burro y del filósofo Séneca (preceptor de Nerón), a través de los cuales era Agripina la verdadera dueña del poder. Pero cuando Agripina sospechó que Nerón pretendía sacudirse la tutela materna, empezó a conspirar para derribarle, y el emperador respondió haciéndola asesinar.

Tras cinco primeros años de reinado bastante tranquilos (el quinquennium Neronis), recordados más tarde como uno de los mejores periodos de la historia romana (en los cuales se estableció el protectorado romano sobre Armenia), el emperador empezó a convertirse en un tirano sin escrúpulos, interesado tan sólo por gozar de los placeres de la vida y de la belleza, bajo la influencia de su caprichosa amante Popea (que le obligó a divorciarse de Octavia y a asesinarla, para casarse con ella misma). También hizo asesinar a Burro y le sustituyó por su favorito Tigelino.

Embarcado ya en un despotismo megalómano y delirante, Nerón cometió toda clase de atrocidades y extravagancias: se dedicó a hacerse adular como poeta, músico, bailarín y deportista en actuaciones públicas; hizo arder la ciudad de Roma para reconstruirla a su gusto (64) y en el palacio imperial, la Domus Aurea, pudo dar rienda suelta a sus gustos artísticos; desató persecuciones contra los cristianos acusándoles de ser los culpables del incendio; intentó ganarse al pueblo con espectáculos y regalos en los que arruinó el tesoro imperial; e incluso provocó la muerte de Popea, haciéndola abortar de una patada durante un acceso de cólera.

Una conjura organizada por Pisón para derrocarle fue descubierta y castigada (65); como represalia, Nerón ordenó suicidarse, entre otros, a sus antiguos amigos Séneca, Lucano y Petronio. Tres años después se rebelaban contra él los gobernadores de las Galias (Julio Vindex), la Hispania Citerior (Galba) y Lusitania (Otón); la rebelión halló eco en el Senado, que acordó deponer al emperador en el 68. Nerón se hizo matar por su secretario cuando iba a ser arrestado, dando paso a un año de confusión en el que pugnaron por el poder cuatro emperadores (Galba, Vitelio, Otón y Vespasiano).

 

 

5 comentarios:

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  3. Los numeros entre parentesis que aparecen en la descripción de Nerón, suponiendo que son relativos a referencias... ¿Dónde están esas referencias o aclaraciones?

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  4. Sr. Davoogle: no tienen especial importancia; son fechas para situarse cronológicamente (años de reinado, la del incendio de Roma...) pero, según dijimos, no son materia de examen y, por tanto, no deje que importunen su inteligencia... xD

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  5. Muy interesante entrada. Sobre los Julio Claudios se dice que descendían de la propia Venus al venir de la sangre de Eneas: https://gabrielrosselloblog.wordpress.com/2017/03/04/dinastias-imperiales-los-julio-claudios/

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