domingo, 3 de marzo de 2019

Épica latina


La poesía épica

 

I. CARACTERÍSTICAS:

 

▪ El término épica procede del griego epos (= relato, poema). Los antiguos griegos consideraban épica a la poesía que, desde el punto de vista argumental, trataba de las gestas y eventos memorables de hombres y héroes en los que la intervención de los dioses era decisiva, y desde el punto de vista formal estaba escrita en el verso más majestuoso que existía, el hexámetro.

▪ La poesía épica puede ser popular o culta. En el primer caso, suele ser anónima, contemporánea a los hechos heroicos que se narran, de transmisión oral y dirigida a una audiencia popular, ante la que se canta o recita, a veces con acompañamiento musical; todo esto le confiere una característica literaria peculiar: el uso de epítetos o fórmulas expresivas (como “Aquiles, el de los pies ligeros”, o “Atenea”, la de glaucos ojos”) que ayudan a la memorización y hace que el auditorio pueda seguir el hilo argumental con más facilidad. La poesía épica culta se plasma en una obra escrita inicialmente, de un autor individual y conocido y dirigida a un público refinado. La épica latina que conservamos pertenece al tipo culto.

Comedia y tragedia latina


 

 

Comedia y tragedia

 

I. CARACTERÍSTICAS

 

La palabra drama viene del griego drao, que significa ‘actuar’; este término engloba tanto la comedia como la tragedia.

La literatura dramática romana se clasifica en dos tipos fundamentales: tragedia y comedia. Esta división se basa en diferencias profundas de contenido, tono y lenguaje: la tragedia suele tener como protagonistas a dioses, héroes o personajes míticos, inmersos en situaciones límite de aflicción o espanto; plantea graves problemas morales derivados de las pasiones humanas, y presenta una acción seria, de tono elevado, caracterizada por un lenguaje solemne. La comedia, en cambio, pone en escena a personajes comunes, en muchos casos de escasa complejidad psicológica, con más vicios que virtudes y con un lenguaje mediocre y a menudo grosero. Así pues, mientras que la tragedia tuvo desde la Antigüedad griega una pretensión de utilidad moral, la comedia latina, con su típico final feliz, lo que buscaba, ante todo, era deleitar. Ambos géneros utilizan el verso y suelen alternar las partes dialogadas con las cantadas por el coro, acompañadas a veces de música y danza.